jueves, 5 de diciembre de 2013

10 de diciembre, día internacional de los DH

Estimadas y estimados colegas,
Con ocasión de la celebración, el 10 de diciembre, del Día Internacional de los Derechos Humanos, la web de la Década de la educación por un futuro sostenible ha incorporado su boletín 91, titulado "Derechos Humanos y Desarrollo Sostenible".
Rogamos contribuir a la difusión de este boletín con el que se reivindica la universalización de los Derechos Humanos como requisito esencial de la transición a la Sostenibilidad.
Un saludo muy cordial,
Educadores por la sostenibilidad
Boletín Nº 91, 10 de diciembre de 2013

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Felices fiestas decembrinas…

El equipo del Mensajero de Tomatlán desea que tus festividades decembrinas estén llenas de dicha en comunión de tus seres queridos.

El próximo año 2013 estará lleno de retos… espéranos.

Redacción.

viernes, 12 de octubre de 2012

12 de octubre


Tomatlán es un pueblo muy pequeño si lo comparamos con otros lugares, casi todos los que vivimos aquí nos conocemos y es normal toparnos con algún pariente en cada esquina. Cuando vamos por la calle acostumbramos saludarnos dándonos los buenos días, preguntando cómo nos ha ido o con un simple adiós. Esta es una costumbre que en otros lados se ha perdido. Yo creo que eso de tratarnos tan amablemente se debe a que somos un pueblo pequeño, o como dijeran unos parientes de México: “un pueblito”.
Algo que a mí me gusta cuando voy por la calle con mi mamá, es cuando se detiene a platicar con algún vecino o alguna de sus comadres. A veces no entiendo lo que dicen pero es bonito ver con que gusto lo hacen, y de paso que le digan a mi mamá lo grande que estoy: - “Cómo ha crecido tu niño”, le dicen y no falta un pellizco en los cachetes, nomás de puro cariño.
Aunque muchos piensan que es mejor vivir en la ciudad, como mi primo Pedro (que cumpliendo los dieciocho años se fue a vivir a la capital), yo creo que Tomatlán es un buen lugar para vivir y como dice mi abuelito, - “eso de irse a otro lado es cosa de jóvenes que no saben ni lo que quieren”. Espero que eso no me pase a mí cuando crezca porque aquí nací, aquí he crecido y aquí están las personas que más quiero: mi familia y mis amigos.
Además, aquí tenemos muchas cosas bonitas, por ejemplo, a mí me gusta ir con mi papá al monte (como él le dice); en realidad vamos a la finca de café o al cañal. Es divertido cuando es tiempo de cosecha porque hay mucha gente trabajando por todos lados. Los domingos, después de ir a misa, me gusta ir con mis amigos al campo deportivo a jugar con ellos o a ver el partido de los grandes. Me gusta cuando salimos de día de campo con la familia o con mis compañeros en la escuela.
Recuerdo la última vez que salimos. Nuestros maestros nos llevaron al sitio arqueológico de La Yerbabuena; un lugar bien bonito y donde aprendimos mucho. Un señor que se llama Román Fitta nos explicó que hace muchos años, mucho antes que mis bisabuelos, ahí vivieron unas personas muy diferentes a nosotros. La maestra nos explicó que se llamaban olmecas y terminamos el paseo en el museo comunitario que está en la Casa de la Cultura. Ahí vimos muchas cosas y entendimos mejor lo que viene en nuestros libros. Nos explicaron cómo vivían los olmecas, quienes eran sus dioses y hasta lo que comían. En realidad, creo que no eran tan diferentes a nosotros pues comían tortillas de maíz y tenían unos metates bien grandotes como el de mi abue.
Lo que más me gustó fue la estela del gobernante, es una piedrota “así de grandota” que tiene la figura de una persona, seguramente es el rey de los olmecas. Me gustó porque se ve que sobre su cabeza lleva una máscara y muchas plumas, bueno, eso es lo que yo imaginé porque me acordé de algo que me gusta más que todo lo que tenemos en Tomatlán, me acordé de la danza de los santiagos.
Si, creo que eso es algo muy bueno que tenemos en nuestro pueblito. Me gusta cuando llega la fiesta patronal, de San Miguel Arcángel, en septiembre. Todas las tardes, nueve días antes del mero 29, casi casi cuando va a oscurecer se empiezan a escuchar los cuetes junto con las campanas de la iglesia y a lo lejos se oye la música de la flauta y el tambor, y un poquito después los cascabeles. No hay duda, ¡es la danza de los santiagos!; viene por delante de la procesión y van para la iglesia. Todos nos emocionamos y salimos corriendo a verlos pasar y si tenemos suerte nos dejen seguirlos. ¡Híjole! Hasta se me pone la piel chinita nomás de acordarme.
A mí siempre me han gustado las danzas y la de los santiagos es mi favorita porque mi abuelito me contó que él bailó muchos años, cuando era joven, con la danza de don Felipe Ramos, bueno, en ese entonces era de su papá. Nunca pensé que la danza de don Felipe tuviera tantos años. Mi abuelito dice que es la más antigua, creo que desde los tiempos de la revolución, o antes. Después, con el tiempo, se formaron otras como la de don Güicho Cortés o la de don Cenobio Nieves y así se han ido formando otras, todas rete bonitas.
Cuando sea más grandecito voy a bailar los santiagos y mi abuelito dice que él me va a mandar a hacer mi traje pero que antes tengo que aprender qué representa, para poder valorar más todo eso, porque no es un juego. Tiene que tomarse en serio y cada cosa significa algo importante. – “no es nomás vestirse y salir a pegar de brincos”, dice mi abuelo. Él me cuenta que la gente de antes era más respetuosa de esa tradición y que los niños de ahora debemos aprender igual que los grandes para que esta costumbre no se pierda nunca, aunque dejemos de ser un pueblito.
Un día le pregunté a mi abuelito qué representa la danza de los santiagos y me dijo que había cosas que yo todavía no podía entender pero que me lo iba a explicar “bajita la mano”, o sea de manera que yo lo entendiera. Dice que hace muchísimos años, la gente acostumbraba pelearse por cualquier cosita. Creo que eso todavía pasa, como lo hago yo con mi hermana. Bueno, la cosa es que antes lo tomaban muy en serio y más si se trataba de defender las creencias. Resulta que había dos grupos unos eran los moros y otros los cristianos, algo así como los buenos y los malos, nomás que ve tu a saber en ese tiempo quienes eran unos y quienes eran otros. La cosa es que siempre estaban peleando por un lugar que hoy se llama España. Los cristianos para poderle ganar a los moros rezaban mucho y dicen que un día se les apareció, en plena pelea, un santo que se llama Santiago, nomás que iba montado en un caballote blanco y con una espada de este vuelo, así de grandota, como la de San Miguel. Los moros cuando lo vieron quisieron agarrarlo pero nunca pudieron y los cristianos fueron los que ganaron, bueno, eso es lo que me contó mi abuelo.
Pero la cosa no termina ahí. Muchos años después llegaron los españoles a México, nuestro país, y ¿saben por dónde pasaron?, pues por aquí, por Tomatlán, aunque dice mi abuelo que en esos tiempos el pueblo se llamaba Quechultenango y que estaba cerquita de la barranca, allá por las cuevas. Bueno, pues resulta que esos españoles que llegaron eran los mismos cristianos que le dieron en la torre a los pobres moros y como aquí, en ese tiempo, no se hablaba como ahora, (dice mi abue que se hablaba el mexicano o náhuatl), ni usaban ropa como esos españoles, ni tenían la misma religión, y que los cristianos españoles pues todo lo quisieron cambiar.
La gente que vivía aquí se llamaba aztecas, o algo así y se parecían mucho a los antiguos olmecas, esos que ya les había platicado. Para darse a entender, los españoles empezaron a hacerles teatro, como el que se hace en la semana santa, y así les contaron la historia de aquel santo que se llamaba Santiago y cómo los ayudó a ganarle a los moros. A la gente de aquí les gustó tanto la historia que empezaron a representarla pero a su manera con música de flauta y tambor y sonando muchos cascabeles, bailando, que era lo que les gustaba, igualito que a nosotros hoy en día. Dice mi abuelito que así fue como nació la danza de los Santiagos.
Además me contó que por eso en la danza hay dos grupos, los que usan corona y máscaras que representan a los moros y los de sombrero que son los cristianos. El que manda a los moros le dicen el pilatos y va siempre vestido de rojo, completito, y según es el malo. Con los cristianos va el personaje principal de la danza y se llama Santiago Matamoros aunque nosotros le decimos “el caballito” porque lleva un caballo de madera en la cintura. Por eso la danza se llama así porque el personaje principal se llama Santiago y representa aquel santo que ayudó a los cristianos contra los moros.
Cuantas cosas, ¿verdad? Ya para terminar, me dijo mi abuelo que el color rojo de la danza es el color de la sangre y que el blanco simboliza la paz. Las coronas y máscaras de los moros (que muchos les dicen judíos) es para distinguirlos y representan a los malos. Los cascabeles representan el sonido de las armas cuando los dos grupos o bandos se peleaban.
Hay otros símbolos pero dice mi abuelo que lo importante ahorita, en nuestro tiempo, es que la danza significa la fiesta y la alegría de nuestro pueblo y que esas peleas que representan ahí es lo que no debe pasar entre nosotros, porque somos un pueblo pequeño pero bonito y que la danza seguirá existiendo gracias a niños como yo. Soy Vicente y ojala que otro día les pueda contar más historias de mi pueblito, Tomatlán.

viernes, 18 de noviembre de 2011

Algunas fotos de las tradiciones del pueblo


 
Fotografías de las danzas en las pasadas fiestas patronales.
 
Saludos.
 
Rafael MOra

domingo, 21 de agosto de 2011

Día del museo comunitario



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