sábado, 1 de noviembre de 2008

El altar de muertos: Una tradición muy viva




Cada uno de los siguiente elementos encierra su propia historia, tradición, poesía y, más que nada, misticismo. El agua. La fuente de la vida, en algunas culturas simboliza la pureza del alma.La sal. El elemento de purificación, sirve para que el cuerpo no se corrompa, en su viaje de ida y vuelta para el siguiente año.Velas y veladoras. Los antiguos mexicanos utilizaban rajas de ocote. Es guía, con su flama titilante para que las ánimas puedan llegar a sus antiguos lugares y alumbrar el regreso a su morada. Copal e incienso. Es el elemento que sublima la oración o alabanza. Se utiliza para limpiar el lugar de los malos espíritus y así el alma pueda entrar a su casa sin ningún peligro.Las flores. Son símbolo de la festividad por sus colores y estelas aromáticas. La flor amarilla del cempasúchil (Zempoalxóchitl en náhuatl "veinte flor") deshojada, es el camino del color y olor que trazan las rutas a las ánimas.El petate. Entre los múltiples usos del petate se encuentra el de cama, mesa o mortaja. El pan El ofrecimiento fraternal es el pan. La iglesia lo presenta como el "Cuerpo de Cristo". Elaborado de diferentes formas, el pan es uno de los elementos más preciados en el altar.El retrato del recordado sugiere el ánima que nos visitará.Pueden colocarse otras imágenes de santos, para que sirva como medio de interrelación entre muertos y vivos. El mole con pollo, gallina o guajolote, es el platillo favorito que ponen en el altar muchos indígenas de todo el país, aunque también le agregan barbacoa con todo y consomé. Estos platillos son esa estela de aromas, el banquete de la cocina en honor de los seres recordados. Se puede incluir el chocolate de agua y las calaveras de azúcar . El licor es para que recuerde los grandes acontecimientos agradables durante su vida y se decida a visitarnos.El altar puede ser adornado con papel picado, con telas de seda y satín donde descansan también figuras de barro, incensario o ropa limpia para recibir a las ánimas.La ofrenda, en sí, es un tipo de escenografía donde participan nuestros muertos que llegan a beber, comer, descansar y convivir con sus deudos.