sábado, 1 de noviembre de 2008

NO al halloween


Antes de la era cristiana, cuando los celtas (bretones, galos, escoceses e irlandeses) disfrutaban aún de relevancia social solían celebrar el arranque del año nuevo, que coincidía con el final del verano, vía sacrificios en honor del Señor del Cielo y la Tierra, Saman. La fiesta arribó en Estados Unidos a mitad del siglo XIX, cuando los emigrantes irlandeses trasladaron el ritual druida al otro lado del Atlántico.La noche del 31 de octubre era costumbre, tradicionalmente, recorrer las calles del vecindario, de puerta en puerta, pidiendo comida para los dioses. La disyuntiva, Trato o Truco, ponía a los habitantes del inmueble asaltado contra la pared. O contribuían a la causa aportando sus ofrendas alimenticias o se atenían a las consecuencias. Una tradición que no pertenece a nuestra cultura y que nos quieren imponer para acrecentar el consumismo desmedido y contaminante.Esta festividad, que con el paso del tiempo, acabó perdiendo su carácter ritual, ha ido calando en la celebración cristiana del Día de Todos los Santos. Fiesta oficial para llevar flores a la tumba de los difuntos. Un día familiar y nostálgico, de cementerios abarrotados y recuerdos dolorosos, pero al mismo tiempo de celebración y gozo al sentir muy cerca a nuestros seres queridos.