sábado, 1 de noviembre de 2008

Tierra y libertad


En la antigüedad cuando pasaban meses sin llover había que sacrificar una doncella, ahora pasaron más de veinte años de luchar por tierras y se inmoló un labriego.

En este medio alternativo no podemos dejar pasar por alto el que un defensor de Derechos Humanos ofrendara su vida como signo de protesta ante la falta de atención que tiene que ver con una resolución agraria. La disputa por tierras en el ejido Ocozotepec en la sierra de Soteapan comenzó supuestamente en 1982 entre campesinos de organizaciones diferentes. Ramiro Guillén Tapia del Comité Pro Defensa de Derechos Humanos agotó su último recurso de protesta y se prendió fuego el pasado 30 de Septiembre en la Capital del Estado de Veracruz agonizando por casi un día. Cuando un gobierno decide no escuchar y no atender a un grupo de 42 campesinos con un asunto tan delicado como es el reparto de tierras; ¿qué líder que ha querido servir a su pueblo puede aguantar tanto?; más de cien veces fueron rechazados por el gobierno del Edo. Fidel Herrera Beltrán; pero cómo no había de ser si las tierras también estaban comprometidas para la (CNC) Confederación Nacional Campesina y Antorcha Campesina de filiación priista; entonces por más derecho que se tuviera a las parcelas, se les dio largas y por más esfuerzos y ayunos que hicieran los campesinos no valió de nada.Tal parece que la consigna a nivel de instancias que sirven al gobierno en este caso la (SRA) Secretaría de la Reforma Agraria es: “no escuchar, no atender, no abrir la puerta a nadie que no sea de los suyos”; ¿En donde ha quedado la lucha y los logros de la Revolución?, ¿En dónde ha quedado el reparto equitativo de tierras?, ¿En donde han quedado sepultados los luchadores sociales de todos los tiempos?; a propósito de que este mes viene cargado de celebraciones como es la fiesta de todos santos y fieles difuntos, además de conmemorar un aniversario más de la Revolución Mexicana.Queremos que este artículo sirva para rendir homenaje y culto a los que ya se nos han adelantado en esta lucha, que con derramamiento de sangre han dado su vida para beneficiarnos; no basta vestirse de tricolor cada desfile sin saber el profundo significado de lo que implica. Dar la vida como la dio Guillén Tapia es de reconocer y valorar que en estos tiempos todavía hay líderes que mueren por su gente. A nosotros nos toca no dejar que su sacrificio haya sido en vano y transmitir a las nuevas generaciones lo que está ocurriendo en nuestro país; no dejar en el olvido a quienes nos han dado Tierra y Libertad.