domingo, 1 de junio de 2008

La Reforma Petrolera II

Jesús Chávez Galán*
La explotación del petróleo nacional, según los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución mexicana, es una actividad exclusiva de PEMEX. Con el argumento de una supuesta falta de capacidad de operación de Petróleos Mexicanos, la propuesta de reforma petrolera del gobierno federal propone una opción denominada contratos de riesgo compartido.
Pero vamos desde el inicio. Cuando PEMEX necesita algún tipo de servicio cuya naturaleza torna complicado que lo pueda llevar a cabo la misma empresa, entonces contrata a otras empresas para que lo realicen. Por ejemplo, si PEMEX necesita uniformes para sus trabajadores, sería una locura que los tuviera que fabricar ella misma, por lo que realiza una licitación mediante la cual varias empresas compiten por un contrato de compra de uniformes, y la que ofrece la mejor opción (precio, tiempo y condiciones de entrega, etc.) gana el contrato. La empresa privada le proporciona a PEMEX el servicio requerido, y este le paga en efectivo lo estipulado con anterioridad en el contrato. De algunos años a la fecha esos contratos se hicieron extensivos a otras áreas y se les denominó contratos de servicios múltiples, los cuales funcionan de la misma forma que los que acabo de explicar, pero ahora también se aplican para las áreas que, según habíamos señalado, la constitución los declara exclusivos de PEMEX (exploración, perforación de pozos, transporte de gasolina, etc), por lo que algunos juristas argumentas que tales contratos son inconstitucionales.
A pesar de lo anterior, lo que Calderón propone en su reforma es que no solo la participación privada se limite a los contratos de servicios múltiples, sino que ahora puedan establecer otro tipo de contratos con PEMEX denominados contratos de riesgo compartido, en los cuales el pago no sea en efectivo, sino que PEMEX y la empresa contratada se repartirían (como socios) el petróleo que logren extraer en cada pozo. Dicho de otra forma, se estaría privatizando el petróleo mexicano, ya que desde el momento en firmarse dichos contratos, la propiedad de una parte del petróleo que aún se encuentra en el subsuelo y por lo tanto no se ha extraído, ya sería de la empresa que se esté asociando con PEMEX.
El planteamiento es sencillo: como PEMEX no tiene capacidad tecnológica ni financiera para llevar a cabo las actividades que le tiene delegadas como exclusivas el Estado mexicano, entonces modifiquemos la ley para que pueda ser “acompañada” por otras empresas que le ayuden a realizar dichas actividades. Lo que habría que señalar, por su importancia en la memoria colectiva, es que precisamente los contratos de servicios múltiples, a la par con la falta de inversión en PEMEX, fueron diseñados y puestos en marcha por los gobiernos federales con el fin de ir quitándole a la empresa la mencionada capacidad de operación que justifica la actual reforma petrolera.
Un tema que la reforma, actualmente en discusión en el Senado de la República, no toca ni con el pétalo de una rosa es el referente a la enorme corrupción que corroe a PEMEX en todos los niveles; empezando por las autoridades de la empresa nombradas directamente por el Presidente en turno, pasando por su respectivo personal de confianza, las empresas contratistas y para cerrar con broche de oro, el bodrio de intereses, desfachatez y falta de honestidad que significa el sindicato petrolero. De los cinco documentos que contienen la propuesta de reforma enviada por Calderón al Senado (113 páginas en total), en ni una sola ocasión aparece la palabra “corrupción”. ¿Qué les parece? El autonombrado hombre de las “manos limpias” resulta que no le importa el combate a la corrupción en la principal empresa del Estado mexicano y principal contribuyente de la hacienda nacional. Alardea que su reforma pretende hacer a PEMEX más eficiente, competitivo, moderno, etc, etc (y todos los otros términos con los que pretenden sorprendernos los neoliberales patéticos que nos gobiernan) y no considera un punto medular para tal objetivo que tiene que ser necesariamente el combate a la corrupción. Si, esos mismos neoliberales trasnochados, que cuando el gobierno de Fox por un lado presumían ser proclives al libre mercado, a la eficiencia, etc, y que por otro lado aumentaban de manera escandalosa el gasto corriente del ejecutivo (cosa que no hace ningún estado liberal del mundo, sino todo lo contrario), nos pretenden repetir el engaño.
La actual reforma como se pretende realizar, beneficiaría principalmente a las grandes petroleras extranjeras, a los más grandes empresarios mexicanos que se asociarían con los extranjeros para explotar el petróleo mexicano y por último, a los gobernadores de los estados que reciben buena parte de los excedentes petroleros a través de un fideicomiso que no es auditable, es decir, no le entregan cuentas a nadie mas que a ellos mismo sobre en qué y cómo se gastan todo ese dinero, y por lo tanto, se la pasan derrochándolo en cuanto programa populista se les ocurre, amparados en la tonta (o loca, o ambas…) idea de querer ser Presidentes de la República.

* Realizó sus estudios de Licenciatura en Física en la Facultad de Física e Inteligencia Artificial de la Universidad Veracruzana, de Maestría y Doctorado en Ingeniería (Energía) en la Facultad de Ingeniería de la UNAM. En el año 2005 fue ganador del primer lugar en los XXII Certámenes Nacionales de Tesis 2003-2004, en nivel de maestría en el área de Uso Eficiente de la Energía Eléctrica, organizados por la Comisión Federal de Electricidad (CFE), el Instituto de Investigaciones Eléctricas (IIE) y el Fideicomiso para el Ahorro de Energía (FIDE).
Ha sido profesor en la Facultad de Ingeniería de la UNAM y en las Divisiones de Ingeniería, Arquitectura y Preparatoria del Tecnológico de Monterrey Campus Ciudad de México.
Ha participado como expositor en diferentes congresos nacionales e internacionales y dictado conferencias en empresas e instituciones de educación superior sobre ahorro y fuentes alternas de energía. Tiene sobre este mismo tema publicaciones nacionales e internacionales. Desde 2002 es miembro de la Asociación Nacional de Energía Solar. Actualmente es Profesor-Investigador en el Instituto de Estudios de la Energía de la Universidad del Istmo.